Bruce Mac Master Presidente ANDI
Las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) constituyen una columna vertebral de nuestras economías. Estas empresas asumen el desafian- te reto de construir país y futuro desde las regio- nes y enfrentan de primera mano los cambios y desafíos de nuestra economía.
En nuestro país, cerca del 98% de los negocios se clasifican dentro de esta categoría, lo que refleja su vitalidad y relevancia en el tejido empresarial del país. Muchas de ellas reflejan la tenacidad y sueños de nuestros empresarios quienes mediante el ingenio de un nuevo producto o servicio aspiran con aportar soluciones a nuestra cotidianidad, afrontando retos productivos, sociales, culturales e incluso políticos. Juntas, las PYME generan cerca del 79% del empleo en nuestro país y aportan un significativo 40% al Producto Interno Bruto (PIB).
¿Pero, estamos construyendo el futuro para nuestras pymes afrontando los desafíos que nos esperan?
Uno de los tantos desafíos que están enfrenta de forma permanente es el acceso al financiamien- to.
Muchas de ellas encuentran barreras significati- vas en la obtención de créditos o mecanismo de inversión que les permitan expandir sus opera-ciones o simplemente mantenerse a flote.
Esta situación se agravó con la llegada de la pan- demia, donde la mitad de las PYMES del país redujo la contratación de nueva fuerza laboral. Esta retracción en la inversión no solo estanca el crecimiento de estas empresas, sino que tam- bién tiene un efecto dominó en la economía, disminuyendo el empleo y la demanda.
La digitalización es otro de los grandes retos.
La transformación digital es un imperativo en el mundo actual para mejorar la competitividad y eficiencia. Sin embargo, muchas PYME enfrentan dificultades para adoptar nuevas tecnologías debido a la falta de recursos y conocimientos. Esta brecha digital puede limitar su capacidad para competir en un mercado cada vez más globalizado y digitalizado.
Por otro lado, la regulación cambiante, e incluso desproporcionada para empresas de este tamaño pueden asfixiar su capacidad para crecer y acelerar su competitividad.
No obstante, a pesar de las dificultades y retos que menciono existen muchas oportunidades que debemos capitalizar para construir mejores futuros para ellas. Generar mejores políticas de apoyo, de flexibilización regulatoria que les per- mita operar en el mundo de la formalidad empresarial y apartarse de la informalidad a que en ocasiones las lleva la dificultad de cumpli- mento regulatorio.
Además, sabemos bien que el mercado interna- cional representa un horizonte de oportunidades en el que pueden explorar nuevos mercados y expandir sus operaciones más allá de las fronte- ras nacionales e incluso de nuestra región.
La innovación y el emprendimiento también emergen como palancas de desarrollo. Colom- bia posee un ecosistema de emprendimiento en crecimiento, con incubadoras, aceleradoras y fondos de inversión que pueden proporcionar el apoyo necesario para las nuestras empresas. Además, el enfoque hacia la sostenibilidad y la responsabilidad social puede diferenciarlas en el mercado y atraer a consumidores conscientes interesados en empresas vanguardistas.
Desde la Asociación Nacional de Empresarios, tenemos una hoja de ruta clara para trabajar con PYMES innovadoras y emprendimientos claves para las nuevas economías. Hace tres años crea- mos la Cámara de Emprendimiento y Acelera- ción; que, en conjunto con la Gerencia de Inno- vación, reúne a 380 empresas emprendedoras en un ambiente gremial de colaboración perma- nente y comunidad.
Esta Cámara, es hoy nuestra apuesta más impor- tante por el futuro de las PYMES: entiende que debemos apostar por modelos de negocio deimpacto, socialmente responsables, que redefi- nen economías tradicionales y que agregan valor a ubicarse en los sectores de avanzada en el mundo como el desarrollo de modelos de inteli- gencia artificial, Fintech o negocios inspirados en bienestar, tecnologías predictivas o realidades aumentadas.
Son ya 26 sectores en 11 regiones colombianas, 2 billones de pesos colombianos en facturación combinada y 10 mil empleos de calidad que demuestran que sí se puede crecer y generar valor desde las pequeñas y medianas empresas innovadoras. Todas ellas, compañías que se des- tacan por tener innovación en la propuesta de valor, equipos de trabajo interdisciplinarios y un diseño de futuros en el que diseñan estrategias ágiles y adaptativas para economías como la nuestra pensando en el mundo.
Colombia tiene ante sí la tarea de fortalecer este sector crucial, lo que requerirá una combinación de políticas de apoyo gubernamental, educaciónfinanciera y digital, y una regulación que fomen- te el crecimiento de las PYMES y de emprendi- mientos innovadores.
Al nutrir y apoyar estas empresas, nuestros países no solo estarán invirtiendo en el presente de su economía, sino también en su valor futuro como sociedad ya que son una fuente crucial de empleo, desarrollo local y de emprendimiento innovador.
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