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Una hoja de ruta a la medida para digitalizar las pymes iberoamericanas

Una ocasión única para avanzar con firmeza en el terreno de la productividad. El viaje hacia la digitalización de las pymes iberoamericanas no ha sido precisamente vertiginoso, pero el Covid se convirtió en el elemento acelerador de un proceso ineludible, pero que debe afrontarse atendiendo a la estructura empresarial de una Región que aún tiene serios déficits de competitividad y en la integración de sus mercados.

Esta hoja de ruta digitalizadora ha sido una de las grandes protagonistas del V Foro Iberoamericano de la Mipyme, celebrado esta semana en Lisboa (14 y 15 de noviembre) como una actividad oficial del Programa de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y con Segib (Secretaría General Iberoamericana), CEIB (Consejo de Empresarios Iberoamericanos) y FIJE (Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios) como organizadores. Herramientas como el fomento de la colaboración público-privada y los incentivos adecuados para el progreso de las mipymes (medianas y pequeñas empresas) centraron la esencia de los debates.

El secretario general Iberoamericano, Andrés Allamand; el ministro de Economía y del Mar de Portugal, António Costa Silva; la viceministra de Comercio Exterior de República Dominicana, Vilma Arbaje; el presidente de CEOE, Antonio Garamendi; y su homólogo de la CIP (Portugal), António Saraiva inauguraron unas jornadas en las que se presentó la encuesta más amplia de mipymes hasta la fecha desde las organizaciones empresariales (más de 2.200 participantes de 22 países iberoamericanos, sobre un cuestionario de 40 preguntas).

El informe 'Encuesta Iberoamericana de la Mipyme (Apostando por las micro, pequeñas y medianas empresas para el crecimiento y la prosperidad)' constata que el movimiento hacia la digitalización se ha acelerado: un 77% de empresas consultadas han implementado herramientas digitales a raíz de la pandemia. Una aportación al desarrollo empresarial que Antonio Magraner, secretario general de FIJE, califica «como una de las principales líneas de acción que estamos trabajando, en conjunto con la Segib, ya que se trata de una ventana que se ha abierto en beneficio de las pymes de la región, permitiendo democratizar los procesos de internacionalización también entre aquellas empresas que no sean tan grandes».

Vector de desarrollo

Este proceso intentará reducir la 'brecha digital' favoreciendo, como apunta Magraner, «no solo a aquellas empresas ya nativas digitalmente, sino demostrando que son esenciales y muy útiles en empresas tradicionales, por lo que consideramos que es el camino a seguir».

Un contexto internacional en el que la transformación digital se ratifica como vector de desarrollo, para el que se debe trabajar en un marco adecuado para favorecer la eficiencia. Así lo destaca Narciso Casado, director general de CEOE Internacional y secretario permanente de CEIB: «Considero que, antes de hablar de innovación y de transformación digital, es imprescindible entender la anatomía de las pymes para poder poner en marcha planes de éxito que hagan de esta transformación una ventaja y no una carga para las empresas vulnerables».

Realidades y tareas pendientes

Como se destaca en el informe, «la batalla por el talento digital ante la escasez de recursos humanos especializados se está librando en todo el mundo y las mipymes iberoamericanas no deberían ser la excepción». Mientras tanto, sus datos apuntan a un 86% de mipymes en alguna etapa del proceso de transformación digital, un 78,3% asegura contar con sitio web y un 59% afirma tener empleados preparados. Respecto al nivel de digitalización de las mipymes lideradas por mujeres, se encuentran 15 puntos por debajo de los hombres… más trabajo pendiente. El documento aporta, además, la denominación 'senior digitales' para calificar al grupo de empresas con un alto grado de madurez digital en su mayoría, con más de 10 años de antigüedad). En cuanto a la influencia de la epidemia, se apuntan datos como que el 39,7% cree que la digitalización fue clave para que sobreviviera el negocio y que un 77% optó por el teletrabajo (un 79,4% afirma que continuarán con dicha práctica).

Esteban Campero (responsable de Economía y Empresas de Segib) señala, por su parte, cómo la transformación digital de las mipymes supone «una buena oportunidad para revertir su histórico problema de productividad. Pueden ser fundamentales para mejorar procesos productivos, facilitar la interacción con proveedores y clientes, además de ampliar mercados». El representante añade a este escenario la importancia de 'institucionalizar' el impulso digital vivido en la pandemia: «Significó un acelerador de la digitalización, con una alta capacidad de adaptación para poner en marcha estrategias de comercio electrónico y esquemas de teletrabajo. Los gobiernos llevaron adelante programas de apoyo que, en líneas generales, cumplieron un papel muy destacado igualando oportunidades. Debemos procurar que esto perdure, se institucionalice en las empresas y se transforme en valor económico». Y subraya cómo el nuevo «paradigma tecno-económico» da y dará respuesta «a un nuevo perfil de cliente: digital, comprometido con el planeta, ávido de vivir experiencias y exigente, en un entorno con ciclos de vida de productos y modelos de negocios cada vez más cortos».

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